Sigo sin creerlo. Sigo sin creer que tu no estés aquí conmigo. Desde aquel día que rompiste esto como una botella de vodka. No se calló, la rompiste tu. Pegándola contra tu casa, aquella casa que decías que era tuya, y que la casa era yo. Si sigo siendo la casa, vuelve, porque la puerta, quiero decir el corazón, esta todavía abierto para ti. Sigo aguantando con las manos llenas de sangre los recuerdos, porque están rotos, a pedazos.
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